Escribiendo un Escenario de Campaña
No sé si les suceda a todos los jugadores y ni siquiera si les pase a todos los narradores, pero llegado momento en la “carrera rolera”, a algunos nos nacen los deseos y necesidades de empezar a trabajar en la construcción de un setting propio, uno que surja desde cero. Ese mundo que sea completamente tuyo, en donde no existan constricciones editoriales de ningún tipo y al cual no lo puedas encontrar en referencias que no sean propias o de aquellos que hayan tenido aventuras en él.
En lo personal, ese deseo lleva mucho tiempo latente y desde hace no demasiado comencé a trabajar en pos de algo medianamente original. Los resultados han sido en alguna medida reconfortantes, pero están absolutamente lejos de otorgar únicamente beneficios: Efectivamente hay un precio que pagar.
De aquí en más, les presentaré algunos de los pros y contras de mi experiencia en el intento de crear un escenario de campaña medianamente original, a ver si a alguien le sirve de consejo.
El precio de trabajar en un setting propio
El trabajo es interminable, la tarea es titánica
A diferencia de planear una sesión o incluso una campaña -que sabemos, incluye bastante trabajo- la construcción del escenario es una cuestión difícil de comparar, pues básicamente no termina nunca. Porque, ¿cuál es la regla con la que medimos el término y cierre de la creación?
Trabajar en este tipo de obras implica entonces, avanzar por una carretera de la que sabes jamás llegarás a un destino final, sino que a metas menores que te vas proponiendo. Lo que sucederá, cumpliendo mini-metas o no, es que cuando has avanzado un buen tramo y miras atrás para revisar todo el camino andado, al volver la vista adelante siempre habrá más pasos que dar.
Lo anterior puede resultar frustrante, sobre todo si hay un afán importante en terminar, porque eso no sucederá ni hoy, ni mañana, ni pasado. Incluso a veces te cansarás y no querrás seguir creando contenido, lo que dejará en panne por un tiempo el proyecto. Pero tranquilidad, eso suele suceder y lo importante es darse ánimos y después de un respiro, seguir.
En la medida que se avanza, la libertad disminuye por el hecho de la continuidad.
No sé si les suceda a todos los jugadores y ni siquiera si les pase a todos los narradores, pero llegado momento en la “carrera rolera”, a algunos nos nacen los deseos y necesidades de empezar a trabajar en la construcción de un setting propio, uno que surja desde cero. Ese mundo que sea completamente tuyo, en donde no existan constricciones editoriales de ningún tipo y al cual no lo puedas encontrar en referencias que no sean propias o de aquellos que hayan tenido aventuras en él.
En lo personal, ese deseo lleva mucho tiempo latente y desde hace no demasiado comencé a trabajar en pos de algo medianamente original. Los resultados han sido en alguna medida reconfortantes, pero están absolutamente lejos de otorgar únicamente beneficios: Efectivamente hay un precio que pagar.
De aquí en más, les presentaré algunos de los pros y contras de mi experiencia en el intento de crear un escenario de campaña medianamente original, a ver si a alguien le sirve de consejo.
El precio de trabajar en un setting propio
El trabajo es interminable, la tarea es titánica
A diferencia de planear una sesión o incluso una campaña -que sabemos, incluye bastante trabajo- la construcción del escenario es una cuestión difícil de comparar, pues básicamente no termina nunca. Porque, ¿cuál es la regla con la que medimos el término y cierre de la creación?
Trabajar en este tipo de obras implica entonces, avanzar por una carretera de la que sabes jamás llegarás a un destino final, sino que a metas menores que te vas proponiendo. Lo que sucederá, cumpliendo mini-metas o no, es que cuando has avanzado un buen tramo y miras atrás para revisar todo el camino andado, al volver la vista adelante siempre habrá más pasos que dar.
Lo anterior puede resultar frustrante, sobre todo si hay un afán importante en terminar, porque eso no sucederá ni hoy, ni mañana, ni pasado. Incluso a veces te cansarás y no querrás seguir creando contenido, lo que dejará en panne por un tiempo el proyecto. Pero tranquilidad, eso suele suceder y lo importante es darse ánimos y después de un respiro, seguir.
En la medida que se avanza, la libertad disminuye por el hecho de la continuidad.